sábado, 3 de enero de 2015

LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL  CON EL COLECTIVO DE MENORES Y JÓVENES Y LAS POLÍTICAS JUVENILES.

En una sociedad globalizada como la nuestra, existe una tendencia hacia el individualismo, cada vez más acentuada. Si buscamos la definición de que se entendería hoy en día por ciudadano/a vemos que la misma está muy ligada a la capacidad económica, es decir, tu eres considerado/a ciudadano/a si pagas religiosamente tus impuestos, si cotizas y contribuyes con tu trabajo al país.

Sin embargo, hoy en día, y especialmente en un país como el nuestro donde el porcentaje de desempleo en el colectivo juvenil ronda el 50 %, siendo en algunas comunidades autónomas como Extremadura o Andalucía del 80%, considerando que los/as mismos/as no realicen ninguna actividad económica por la que coticen, serían considerados desde posturas más tradicionales como ciudadanos de segunda.

En este contexto, las políticas juveniles se vuelven muy importantes, ya que trabajan con el propósito de facilitar a los jóvenes su entrada en el mundo laboral y desarrollar una ciudadanía activa. En este sentido, como trabajadores/as sociales y ante esta misma problemática, debemos de ser capaces de poder movilizar colectivos en la defensa de sus derechos.

También debemos recordar que no se trata de basarse específicamente en políticas que fomenten la empleabilidad entre los/as jóvenes, olvidando otras vías también muy importantes (educar en valores, no olvidar que se trabaja con personas, no con mano de obra), centrándonos en los/as jóvenes de hoy y no tan solo en  los/as adultos/as de mañana.

Vincular jóvenes con ciudadanía tiene una gran importancia, ya que tradicionalmente no se ha hecho. Se habla de la pasividad del colectivo juvenil, pero realmente en muy pocos círculos se otorga importancia a las opiniones de estos o se confía en los mismos otorgándoles responsabilidades reales.

En esta línea supone de gran interés son las Casas de Juventud, donde a los/as jóvenes desde la Consellería se les otorga un espacio donde se busca la participación e implicación real en las diferentes actividades que se realizan, dándoles la oportunidad de aprender a autorganizarse y también de trabajar en equipo y de realizar un bien de forma voluntaria a la comunidad.

En estos espacios también se fomenta el ocio saludable, ya que se les ofrece a los/as jóvenes espacios alternativos donde poder socializarse, hacer amistades y pasárselo bien. Con ello realizamos una labor de prevención importante ya que alejamos otras actividades como el botellón o el "fumeteo", o por lo menos, tratamos de que esas actividades no sean las únicas donde puedan interactuar con los demás. Destacamos los Centros de Juventud de Barranquet y Amagatall, en Valencia.


Debido a la falta de motivación, el sedentarismo y el conformismo de una parte de los/las jóvenes en el Estado Español, creímos necesario realizar un proyecto en el que se pudieran mejorar dichos aspectos para potenciar la implicación y la conciencia social, al que llamamos "Toma-Conciencia". Para ello, utilizamos una técnica no convencional que rompía con la normalidad y que pretendía despertar ese “gusanillo” en los jóvenes, tal como son los grafitis.

Se ha elegido dicha técnica debido a que es una forma de llegar a los jóvenes más directa, dinámica y cercana. Se pretendía que a través del visionado de las mismas el/la observador/a puediera interiorizar una serie de valores y actitudes que le permitieran la mejora de su conciencia crítica con y para la sociedad.

Para ello, se realizaron una serie de grafitis alrededor de toda la ciudad de Valencia, que fueran visibles y transmitieran un mensaje directo e impactante para ellos/as. Por otra parte también pretendíamos  la participación del colectivo al que va dirigido mediante la realización de un mural participativo, donde los menores puedan expresarse libremente ya que como anteriormente hablábamos , es muy importante que los/as chavales se sientan escuchados, que vean como sus opiniones son tenidas en cuenta y que merecen la pena.


A continuación os dejamos varías fotografías que ilustran el proceso:







miércoles, 17 de diciembre de 2014

ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Y SENECTUD

Desde un ámbito u otro los objetivos de la Animación Sociocultural en este ámbito se centran en redescubrir un nuevo sentido para vivir la senectud con altos niveles de motivación.
Situados en esta perspectiva estamos hablando de procesos de Animación Sociocultural para personas mayores. Claro está siempre y cuando consideremos la Animación Sociocultural como un proceso y no sólo como un cúmulo de actividades para llenar el tiempo vacío.
Nuestro punto de vista sobre la Animación Sociocultural se sitúa en una dinámica comunitaria, entendiendo que la Animación Sociocultural vista desde esta óptica es «El proceso de toma de conciencia de una comunidad de sus propios problemas y la búsqueda colectiva de soluciones a los mismos». Por ello, nuestra concepción de la Animación Sociocultural se fundamenta en cuatro pilares básicos que la diferenciarían de la mera organización de la ocupación del tiempo libre:

– El grupo.
– La toma de conciencia.
– El proceso
– La acción para afrontar los problemas

Cuando hablamos de proceso no hablamos de algo unívoco y predeterminado. Hablamos de camino, que tiene un punto de partida y llega a una meta. Sin embargo, la meta, la gran meta, se compone de pequeñas metas, de pequeñas etapas que se van cubriendo. Lo importante es ir cubriendo las distintas etapas autónomamente y con el tiempo necesario, porque para cada persona y para cada grupo las metas son diferentes.

En este camino hay personas, profesionales o voluntarias, que acompañan al grupo. Estamos hablando de los animadores. Los animadores son acompañantes, nunca protagonistas fundamentales. Son facilitadores, no son quienes ejecutan las ideas ni las acciones, es el propio grupo quien lo hace. El animador ayuda, facilita, propone... pero quien hace es el grupo, quienes crecen son las personas.

Los procesos hay que propiciarlos, por lo que si no se planifican, diseñan, organizan, es difícil que podamos saber dónde vamos. Por esta razón existen muchos grupos que hacen cosas, pero las hacen sin rumbo. No está mal que se hagan cosas, pero se avanzaría más si existiera una propuesta. Estamos hablando de un «Proyecto de Animación Sociocultural».
Cuando nos referimos al «Proyecto de Animación Sociocultural» estamos hablando de dos tipos de realidades que forman en su conjunto un todo:

– Hablamos en primer lugar del Proyecto que un grupo de personas realiza para afrontar su propia realidad. Sería un Proyecto de grupo, una empresa a pequeña escala, pero muy importante para cada grupo.
– En segundo lugar hablamos de un «Proyecto de Intervención Sociocultural», estamos hablando, en este caso, de una propuesta centrada en un medio concreto, en un entorno concreto, que de manera global desarrolla un equipo de animadores y de usuarios o participantes. Abarcaría la acción coordinada en función de una meta común de diversos grupos, incluso de diversos grupos heterogéneos, con diversos intereses, edades, propuestas, pero en torno a una dimensión común que puede ser el «Desarrollo de la comunidad ciudadana».



Cuando hablamos de intervención sociocultural en Tercera Edad debemos caminar a vincular las acciones de los colectivos de personas mayores a proyectos más globales. Teniendo como punto de referencia a la comunidad.

Otra cuestión problemática se plantea cuando los ancianos se encuentran institucionalizados. Un Proyecto de Animación en una institución de carácter residencial se asfixia si no encuentra sus referencias en la comunidad donde se ubica dicha institución. De alguna manera estaríamos hablando de una cierta desinstitucionalización de los ancianos institucionalizados, en el sentido de romper el clima institucionalizador y referirlo a la comunidad. La institución es la vivienda. La comunidad es el hábitat.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

construyendo la ciudadanía juvenil

Construyendo la ciudadanía juvenil
Uno de los conceptos más importantes respecto a los jóvenes es si son o no ciudadanos. Diferentes autores defienden la ciudadanía desde diferentes posicionamientos, es decir, desde el ámbito del mundo laboral, desde los derechos, si cumple los derechos colectivos, etc. Pero desde mi parecer ciudadano es cualquier persona que esté integrada en la sociedad a través de una participación activa.

Existen varios espacios donde los jóvenes pueden ser partícipes de sus dinámicas, pero uno de los más destacados es la casa de la juventud. Los adolescentes dentro de este ámbito pueden participar, puesto que se les da la oportunidad de poder hacerlo. Esto es la clave de todo el proceso de inserción a la sociedad de los jóvenes.


Uno de los centro donde más se refleja el espíritu juvenil es el centro cívico La Maranya, el cual es un espacio de debate de crítica donde poder hacer política, para crear un Benicàssim  mejor para vivir.  Es una organización gobernada por comerciantes y especuladores, que apuestan por ser antes personas que simples cosas. 

Dentro de este centro encontramos diferentes grupos como son grupos humanos y casas, jóvenes y grupos estables, menores  y grupos de consumo. Los cuales desarrollan o pueden participar de diversos talleres de manualidades, curso de monitor y tiempo libre, teatro, espai obert, juegos, acampadas, entre otros.

Es un espacio donde los menores se  empoderan, donde se fomenta la autonomía y la participación de los chavales como personas capaces de llevar tareas por ellos mismos.

En el video proyectado al aula se observa que diversos grupos formados por adolescentes también se encuentran muy involucrados en todo lo que respecta a los menores. 

Els 4 gats, es un grupo formado para crear un ocio nocturno alternativo, donde se realizan actividades por la noche, para que los menores puedan asistir  y puedan crear un ocio alternativo al tradicional como es el alcohol o ir a las discotecas. 

Otro de los grupos innovadores son Estem vius, estos se encargan de fomentar el arte como herramienta para transformar lo que no nos gusta y para compartir actividades que interrelacionen a los chavales, puesto que muchas veces se encuentran solos y excluidos. 

Los jóvenes que llevan a cabo las actividades, son chavales no formados académicamente, pero que tienen unas competencias muy arraigadas y son capaces de poder llevar a cabo estos proyectos. Esto se debe porque desde pequeños forman parte de asociaciones participativas y democráticas, donde los chavales aprenden las dinámicas que se trabajan, progresivamente van empoderándose hasta convertirse en autosuficientes e independientes, aunque esto no quiere decir que no tengan que trabajar en un equipo, puesto que la riqueza se encuentra en la variedad.